miércoles, 14 de julio de 2021

Las cabras no dañan el monte. El silvopastoralismo como parte de la revolución.

 


Las cabras, es cierto, pueden dañar ciertos árboles pero, paradójicamente, vigilando carga ganadera como la vigilaban los antiguos concejos abiertos, protegen el
bosque como nadie puede hacerlo. 

1/Las cabras sanean, clarean y hacen transitable con sendas el bosque (al clarear reducen la competencia por la luz de unos árboles con otros pues al germinar muchas semillas juntas, los brinzales no se dejan prosperar unos a otros por la falta de luz, espacio y suelo; es algo parecido al repique que se realiza con las zanahorias u otras verduras en el huerto para que éstas salgan sabrosas, robustas, grandes y hermosas; pues lo mismo con los árboles y arbustos). 

2/ Las cabras fertilizan el bosque como nadie (miles de toneladas de estiércol ayudan a los árboles, arbustos y hierbas a crecer más y mejor. Un estiércol único que es llevado hasta los sitios más recónditos, elevados y pobres en suelo, como las peñas, donde las cabras son las únicas capaces de producir humus y evitar la mineralización y la erosión que el viento, la lluvia y el sol producen de forma natural en las cumbres de los montes).

3/Las cabras robustecen el bosque (al podar las ramas bajas ayudan a los árboles a concentrar sus energías en las ramas más altas, en la reproducción y en la consecución de las semillas, de los frutos (igual que los frutales domesticados). Por lo tanto fomentan la producción de bellotas, castañas, nueces, avellanas, hayucos y todo tipo de frutos del bosque..., además al comerse los frutos evitan que se acidifique el suelo alrededor del pie del árbol debido a la acumulación y pudrición de éstos. A mayor producción de frutos del bosque mejor de grasas entra, por ejemplo, el oso en su hibernación invernal; igual que todo tipo de animales que afrontan el invierno con más probabilidad de éxito reproductivo. 

3/La saliva de las cabras tiene una composición química única que fomenta el rebrote; además su pelaje y su estómago, junto con su naturaleza andarina, las convierte en grandes polinizadoras y transportadoras de semillas; sin olvidar que el pisoteo siembra bellotas, castañas y demás semillas. 

4/Igual que los frutos del bosque, los cadáveres de las cabras viejas resultan ser una carroña fundamental para que prosperen los lobos, osos, buitres, alimoches, quebrantahuesos, jabalíes, tejones, córvidos...(en especial cuando hay que acumular grasas para prepararse para el invierno o para recuperarse de éste y cuando hay que amamantar o llevar comida a las crías). Los rebaños de cabras silvopastoreadas y la carroña de sus muertas por viejas son fundamentales para que los grandes carnívoros y su prole florezcan y no se extingan. 

5/Las cabras, al clarear el bosque, producen lo que se llama la "paradoja del pastoreo", esto es, hacen aumentar la productividad del bosque al fomentar las plantas más palatables para los herbívoros de todo tipo, con lo que permite al bosque aumentar su capacidad de albergar una carga mayor de ciervos, corzos, rebecos, conejos, liebres... Las cabras ayudan a que haya más fauna silvestre. Es conocido que desde el siglo X al XVII el silvopastoreo concejil fue masivo en los montes comunales de nuestra península y que la fauna silvestre era, a su vez, masiva. Ambas eran compatibles y se beneficiaban mutuamente. La caza  frenética de las élites nobiliarias, la Desamortización de Madoz ultradeforestadora y las Juntas de Extinción de alimañas del franquismo han sido las principales causas de extinción de la fauna silvestre y no el silvopastoreo. 

6/Los excrementos de las cabras en el bosque generan suelo, humus, y estos significa que aumenta la capacidad del suelo de almacenar agua, lo que disminuye la violencia de las escorrentías potencialmente erosionadoras y protege a las fuentes de agua; así como ayuda a superar el estres hídrico del estío con más éxito (en especial a los pequeños arbolitos que tienen el sistema radicular pequeño y no pueden alcanzar la humedad que hay en la profundidad del suelo; esto es, las cabras ayudan a frenar la desertificación y ayudan a que la regeneración del bosque se lleve a cabo); además q a mayor humedad, gracias a la producción de humus, mayor diversidad de bichos y anfibios (las culebras son importantes para, por ejemplo, las águilas culebreras). Las ranas, lagartijas y serpientes alimentan a muchos mamíferos como el zorro o la gineta. 

7/Los excrementos de las cabras también son comida para una cantidad enorme de tipos de coprófagos, lombrices descomponedores y hongos.

8/Las cabras reducen radicalmente la probabilidad de incendios catastróficos que no sólo matan a la flora sino que exterminan a la fauna.

9/Las cabras, al tener cuatro estómagos y un rumen sin igual, son capaces de digerir gran diversidad de plantas lo que las permite proporcionar a los seres humanos una leche de gran calidad rica en oligoelementos únicos, aceites y grasas únicas, y micronutrientes especiales que sólo pueden ser extraídos del bosque (por ejemplo, las hojas de un roble contienen micronutrientes que sólo las profundas raíces del roble son capaces de bombear desde las profundidades de la tierra hasta sus hojas. Micronutrientes que se pasan a la leche de las cabras, estas magníficas protectoras del bosque. Micronutrientes que pasan a los humanos cuando beben la leche de las cabras silvopastoreadas. 

10/El silvopastoreo que los humanos hicieron y pueden seguir haciendo con las cabras, permite vigilar las cargas adecuadas sostenibles y resulta ser una simbiosis mutualista de gran importancia y trascendencia. El humano (el pastor/a o los vecinos del concejo) y el bosque cuidan a las cabras en invierno (el humano con la cuadra y el heno cortado, secado y guardado en verano; y el bosque, a su vez, subiendo hasta 3 grados la temperatura en su interior, proporcionando comida y protegiendo del viento, además de haciendo que la nieve se derrita antes). El humano domestica perros mastines que protegen a las cabras, en especial a finales del otoño y principios de la primavera, de sus depredadores naturales, de las necesidades vitales de almacenamiento de grasas que tienen lobos y osos para afrontar el duro invierno. El bosque protege en verano a las cabras con su sombra de la severidad del sol y las hace estar mejor, más gorditas y más fértiles. Además de proporcionar protección contra las moscas. 

El humano controla la reproducción de las cabras para que estas no superen un número tal que las haga destruir su hábitat y volverse insostenibles, al igual que el lobos hacen con los ciervos. El humano las proporciona cuidados sanitarios y aportes minerales básicos cuando no hay o escasean (como la sal), y éstas, le dan leche y carne a cambio. El bosque abastece de pienso natural a las cabras con sus leguminosas (aliagas, aliaguetas finas, cornicabras...) con sus frutos (moras, frutos negros del cornejo y del aligustre, bellotas, castañas, nueces, manzanetas, avellanas, hayucos, cerezas de pastor de los majuelos, endrinos...) y con su enorme diversidad de hierbas y hojas ultranutritivas. Esto hace que el silvopastoralismo no necesite deforestar extensiones enormes para los monocultivos de maíz, soja, trigo... como sí que necesitan la hiper-inmoral ganadería intensiva industrial que está asolando nuestro planeta. 


El Pirineo se llamaba antes Ahuntzamendia, esto es, las montañas de las cabras. Para combatir a la monstruosidad de la ganadería intensiva industrial de confinamiento permanente que está destruyendo el planeta y desertificando con sus necesidades de piensos nuestra península ibérica reivindicamos el silvopastoralismo como alternativa viable, ética y sostenible de nuestra posible y futura soberanía alimentaria y política.


Afri y Kiko, Aragüés del Puerto.

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